La biomasa es la fuente renovable más utilizada, sin contar los biocarburantes utilizados en la automoción. En Euskadi están en funcionamiento más de 3.000 instalaciones de biomasa térmica (para producir calor) con una potencia instalada superior a los 100 MW, en lugares como, por ejemplo, polideportivos, casas de cultura, instituciones públicas e industrias, viviendas, etc.
Uno de los recursos de biomasa más abundantes en Euskadi es la biomasa forestal, ya que existen recursos de madera suficientes para cubrir las necesidades de calor de los edificios públicos de las diferentes administraciones públicas. Concretamente los bosques vascos cuentan con existencias maderables que superan los 62 millones de metros cúbicos. Una gran cantidad energía albergada en las superficies boscosas que, lejos de agotarse, sigue en aumento y supone una oportunidad para generalizar el uso de una energía autóctona y renovable, con un precio competitivo en relación a los combustibles que se utilizan habitualmente para calefacción y, además, generando empleo local en el ámbito rural.